La crisis financiera global está pasando factura a las comunidades en todo el mundo y cuando escasea el dinero las más afectadas son las niñas y las jóvenes.
Las mujeres jóvenes son, a menudo , las primeras en perder sus empleos como obreras ocasionales o en las fábricas de ropa y artículos electrónicos. Las remesas disminuyen. Se restringen los préstamos. Más niñas se ven involucradas en el trabajo infantil, son retiradas de la escuela para trabajar. Aumenta la mortalidad infantil, especialmente de las niñas. Y más adolescentes y mujeres son forzadas al comercio sexual.
A largo plazo el impacto, si no se invierte en las niñas, es muy grave. Las economías locales pierden miles de millones de dólares cada año y los avances logrados en cuanto a los derechos de las niñas en el pasado se ven debilitados, poniendo en riesgo los avances logrados en los últimos años.
Invertir en las mujeres es economía inteligente... invertir en las niñas es economía aún más inteligente, porque en la inversión en las niñas está el centro del desarrollo.
Ngozi Okonjo-Iweala